

Desde los viñedos del Medio Vinalopó, a 660 metros de altitud, nace un vino que combina tradición y frescura. La autóctona Merseguera y la elegante Chardonnay crecen en suelos pobres y calizos, con una producción cuidada para garantizar calidad y carácter.
Vista: color amarillo pajizo brillante.
Nariz: muestra en nariz notas de fruta fresca, flores blancas, hierbas aromáticas y destellos cítricos.
Boca: en boca se muestra sabroso, equilibrado, vertical y con muy buena acidez para un final que perdura por su calidad tanto de matices aromáticos como gustativa.